Nutrición del deportista
Autora: Angélica Morón Timón. Dietista-Nutricionista-Diplomada en Enfermería.
Durante siglos los deportistas han buscado la dieta “perfecta” que les pudiera ayudar a conseguir el máximo rendimiento físico y, de ser posible, el éxito en el momento de la competición. Pese a la existencia de esta preocupación y deseo de mejora, y aunque los deportistas suelen estar dispuestos a seguir con disciplina las pautas nutricionales que le son marcadas, es frecuente encontrar en este colectivo ideas equivocadas respecto a las pautas nutricionales.
Para la población en general, la nutrición y el deporte se planifican pensando en una mejora estética. Sin embargo, en deportistas las pautas nutricionales se establecen con el objetivo de conseguir el máximo rendimiento. Por ello, en estos grupos puede existir alguna controversia entre la nutrición más adecuada para conseguir un óptimo rendimiento físico y las pautas más correctas para promocionar y mantener la salud.
¿Influye la alimentación en el rendimiento físico?
Una nutrición correcta no convierte a un deportista en campeón, pero entre individuos con entrenamiento y cualidades similares, el seguimiento de una dieta correcta puede ser el factor que marque la diferencia en el momento de la competición.
El efecto positivo, o negativo, en el rendimiento sería debido siempre a la influencia de la dieta global; ningún alimento aislado puede asociarse con un beneficio o un perjuicio funcional (salvo si se toma en el momento inadecuado o en cantidad excesiva).
La gran variedad de modalidades deportivas hace que exista una gran diferencia entre las pautas que pueden ser útiles para un deportista y para otro, esto sin tener en cuenta las diferencias individuales que también obligan a considerar, por separado, a cada sujeto dentro de la misma modalidad deportiva.
Lo mejor seria que la valoración del estado nutritivo fuera rutinaria, sobre todo en deportistas de alta competición, en los que cuidan muchos aspectos y a su vez se descuida éste tan fundamental.
Ventajas nutricionales asociadas a la práctica del deporte
Las condiciones actuales de muchas sociedades prósperas en las que la oferta de alimentos es muy grande y la actividad física es mínima facilitan la aparición de desequilibrios nutricionales, obesidad y aumento del riesgo de sufrir diversas enfermedades. Por ello, la práctica de actividades deportivas se considera muy positiva tanto desde un punto de vista nutritivo como sanitario.
La práctica regular de ejercicio se asocia a una mejora de los hábitos alimentarios y a su vez ayuda a realizar una elección de los alimentos más adecuada. Por otra parte, el mayor gasto energético asociado a la realización de deportes permite aumentar la ingesta energética y, paralelamente, de nutrientes, sin sufrir incrementos de peso.
Actualmente existen pruebas convincentes de que el bienestar y la salud general pueden promocionarse notablemente a través de mejoras en la dieta. Pero también mediante un aumento de la actividad física habitual. Así, podemos considerar que vigilar la dieta y aumentar la práctica de ejercicio físico son dos pilares encaminados a sustentar y promocionar la salud de la población.
Aunque la nutrición deportiva es una ciencia relativamente moderna donde todavía queda mucho por investigar, existen numerosos datos que pueden servir de base para comentar el tipo de dieta más adecuada para las personas que practican este tipo de actividades física.
Modificaciones de la dieta antes, durante y después de una competición
- Los días anteriores a una competición debe cuidarse el aporte de carbohidratos (60-70% de la energía) para conseguir completos los almacenes de glucógeno muscular.
- El día de la competición debe hacerse una comida ligera 2-3 horas antes de la prueba para no estar haciendo la digestión en el momento en el que ésta se inicie. Si se trata de una prueba de larga duración es aconsejable reponer agua, electrolitos y carbohidratos a lo largo de la misma. En estas circunstancias son útiles las bebidas isotónicas que incluyen carbohidratos sencillos.
- Después de la prueba conviene reponer agua, electrolitos y carbohidratos sencillos cuanto antes.